Nosotros

 
HIDE
El pasado

La pandemia cambió mi vida.

Después del shock inicial, empecé a comprender la magnitud de la experiencia. Un acontecimiento mundial que tenía un comienzo, pero que carecía de un final claro. Tuve que dejar de lado todo lo que conocía y apreciaba de los eventos presenciales, aprendiendo desde cero cómo crear y producir eventos virtuales desde atuvera. Y aunque me resistí al principio, resultó ser profundamente enriquecedor y tremendamente gratificante. El aspecto crucial fue la nueva responsabilidad de idear el contenido y dar forma al resultado de cada evento online, trabajando de manera creativa y siempre con un propósito claro.

Cuestionarlo todo

A medida que se aflojaron las restricciones, en atuvera comenzamos a crear pequeños eventos y talleres presenciales para nuestros clientes. Pensaba que me encantaban el bullicio de los grandes eventos, el ritmo frenético y los horarios alocados. Fue de las cosas que más eché de menos al principio del confinamiento. Pero resulta que nunca había cuestionado lo que me “encantaba”. La pandemia nos ofreció una singular oportunidad de alejarnos de la rueda de hámster del estrés de los eventos. Lo que inevitablemente me llevó a hacer mucha introspección. Y sé que no soy la única. Los eventos son muy estresantes, lo que conduce a un estilo de vida muy tóxico. Por no mencionar si quiera la cantidad de basura que se genera y otras cuestiones como los salarios poco dignos de los trabajadores temporales.

Los pequeños eventos y talleres nos ofrecieron la oportunidad de profundizar en el contenido, centrándonos en el propósito a través del trabajo en equipo y la colaboración. Cada evento se vivió como en familia y nos llenó de alegría y satisfacción. Pudimos concentrarnos completamente en los participantes y sus necesidades, incluso semanas antes del evento.

El punto de inflexión

A medida que la vida comenzó a acelerarse de nuevo, me encontré una vez más en la rueda de hámster, preguntándome qué estábamos haciendo. En seis meses estábamos quemados. Si las cosas eran difíciles antes de la pandemia, las condiciones de trabajo dentro de los eventos se habían vuelto mucho peores. Era el momento de plantear un gran cambio. atuvera siempre ha sido diferente. Ha sido importante darnos cuenta que nunca fuimos una agencia de eventos. Siempre hemos estado firmemente enfocados en la creatividad y el propósito, creando un sentido de pertenencia y calidez a través de nuestro trabajo.

Trabajando hacia el cambio

Así comenzó un nuevo período de introspección y transición. Había una sensación persistente de que las cosas debían hacerse de manera diferente. Una voz interior que insistía en que ya no podíamos ser parte del problema, era el momento de ser parte de la solución. El statu quo ya no era viable.

Podemos ignorar nuestra conciencia pero ya no podemos ignorar las consecuencias. Mantener los ojos cerrados quebranta nuestro propio ser y nuestro planeta. Llevamos mucho tiempo dormidos. Nos hemos olvidado del sentido de la pertenencia y la conexión, de la comunidad y el trabajo conjunto. Y lo más importante, hemos olvidado y abandonado nuestro precioso planeta, al que llamamos hogar. Hemos dejado de creer que hay algo más allá de nosotros. Hemos aceptado por completo el mito de que somos el centro de todo.

El presente

La transformación requiere coraje. Necesitamos desaprender las historias obsoletas que nos hemos visto obligados a consumir. Historias que conducen a vidas vacías, carentes de sentido. Es hora de cambiar la forma en que encaramos la vida, sacudiéndonos esas viejas historias y creando nuevos modelos. Necesitamos profundizar en nuestras creencias como sociedad para crear el cambio sistémico que se necesita con tanta urgencia.

Una vez que has despertado, no puedes volver a cerrar los ojos. Recuperar nuestro tiempo es un acto de rebeldía. De reclamar nuestro valor. Podemos decidir cómo gastamos nuestro tiempo y energía. Porque una forma diferente de vivir es posible. atuvera renace, centrándose en el desaprendizaje experiencial. Nos plantamos y nos negamos a participar en las viejas y tóxicas narrativas que carecen de significado.

Una rebelión por un planeta mejor

Cultivamos impacto y cambio en la vida de las personas para lograr acciones positivas para el planeta y para los humanos. Nos especializamos en estrategias de experiencias colaborativas, enfocándonos en las emociones de los participantes y sus necesidades. Pretendemos sensibilizar y fomentar la pertenencia a través de experiencias de desaprendizaje en la naturaleza y de talleres vivenciales. Creemos que una forma audaz y diferente de hacer las cosas es posible y absolutamente necesaria.

El futuro

El cambio profundo requiere coraje

Creemos que los eventos y las experiencias pueden ser transformadores. Al reducir la velocidad, todos logramos más claridad y podemos enfrentar nuestras vidas y desafíos con intención. Nuestro objetivo es construir puentes de confianza y abrir un espacio de transformación para cuidar a nuestro planeta y cuidarnos unos a otros.

Sobre Vera

Al crecer en Canadá, la naturaleza ha sido una compañera constante en mi vida. Los espacios verdes tiran de cada célula de mi ser. Hay una cierta rebeldía en la naturaleza, que ha sido otro ingrediente crucial en mi vida. Un rechazo a aceptar el statu quo.

Creo que la naturaleza tiene la respuesta a nuestras preguntas y las soluciones a nuestros problemas. Creo que un propósito claro y la introspección conducen a una gran comprensión de nosotros mismos y de nuestro planeta. Creo que necesitamos experimentar la granularidad completa de nuestras emociones y trabajar juntos por un futuro mejor.

Sobre Inés

Crecí cerca del mar, con olor a sal y cielos limpios. Del mar aprendí la fuerza del cambio, del cielo nocturno, el placer de soñar y de imaginar. En el mundo del teatro y la cultura seguí soñando e inventando historias. Con los talleres y las personas, he visto la armonía de la transformación.

Creo en un mundo consciente de que compartimos ecosistema. Donde las personas, sus historias y sueños, encuentren su lugar. Donde dialogar con el entorno pueda ser cotidiano.

Sobre Dave

Crecí en Inglaterra, jugando en el campo y rara vez estaba dentro de casa. Lo que daba por sentado, ahora verdaderamente aprecio como una parte fundamental de nuestro bienestar y algo clave para una comprensión más profunda.

En un proyecto reciente de conservación aprendí que la abundancia de especies variadas de mariposas es un indicador de una biodiversidad saludable. Cuanto más intacto es el entorno, más lo vemos florecer. Cuanto más tiempo pasamos en la naturaleza, más florecemos también. Es nuestro hogar natural para estar juntos con todos los seres vivos. 

Sobre Javier

Trato de observar al mundo con nuevas perspectivas, ampliando mi mirada para entender la complejidad que nos rodea. Disfruto creando y facilitando procesos y conceptos de forma creativa y profunda.

Me gusta acompañar en el cambio de mirada utilizando herramientas que nos permitan fomentar el aprendizaje colaborativo.

Nuestro manifiesto biofílico:

Un amor apasionado por la vida
y todo lo que está vivo.
Una apuesta por
nutrir la calidez
y el cuidado hacia
las plantas y los animales,
las personas y las ideas.